Beatriz Acha Ugarte es Doctora por el Departamento de Ciencia Política y Relaciones Internacionales (Universidad Autónoma de Madrid) y Máster en Ciencias Sociales (Centro de Estudios Avanzados en Ciencias Sociales, Fundación Juan March). Profesora del Departamento de Sociología de la Universidad Pública de Navarra (en excedencia). Profesora-tutora en UNED Pamplona. Sus investigaciones se centran en los partidos de ultraderecha en Europa Occidental.
Carmen Innerarity Grau es Doctora en Filosofía y Letras por la Universidad de Navarra, con Premio Extraordinario de Doctorado. Profesora Titular de Sociología en la Universidad Pública de Navarra. Investigadora en I-COMMUNITAS - Institute for Advanced Social Research (Pamplona). Sus principales líneas de investigación giran en torno a las políticas de gestión de la diversidad cultural en Europa.
María Lasanta Palacios es Graduada en Psicología (Universidad de Salamanca). Grado en Sociología y Grado en Ciencia Política (UNED). Máster en Dinámicas de Cambio en las Sociedades Modernas Avanzadas (Universidad Pública de Navarra). En la actualidad trabaja en una tesis doctoral sobre “Discurso impopular y discurso de odio en los partidos de la derecha radical de la Unión Europea”, cuya finalización está prevista para 2021.
Desde la entrada de Vox en el Parlamento andaluz en diciembre de 2018, se han producido cambios significativos en el sistema político español. En este trabajo pretendemos analizar si la irrupción de Vox ha tenido algún tipo de efecto o impacto en el sistema político de la Comunidad Foral de Navarra en dos ámbitos concretos: las dinámicas de competición partidista ante la aparición del nuevo competidor y el uso que hacen los demás partidos de los temas que suelen asociarse a la derecha radical. Para ello, revisamos los programas autonómicos de los partidos con representación parlamentaria y repasamos también algunas dinámicas de establecimiento de alianzas electorales. Concluimos, por una parte, que puede ser aún pronto para hallar un claro impacto de los temas de Vox en los programas de los partidos navarros más relevantes (aunque sí podría hablarse de un “contradiscurso” entre partidos de izquierda); mientras que parece más claro que el acuerdo estratégico para formar la coalición Navarra Suma se debe, al menos en parte, al objetivo de evitar la dispersión del voto conservador ante la presencia de la nueva formación en este campo y, más específicamente, al de evitar cualquier pérdida de escaños que pudiera complicar la eventual formación de gobierno.
Since the breakthrough of Vox at the Andalusian Parliamentary elections in 2018, significant changes have been taking place in the Spanish political system. We hereby seek to analyse if Vox’s emergence has had any kind of impact/effect in the Navarrese political system, either in the realm of party/electoral competition dynamics or, alternatively, in the way mainstream parties handle the radical right’s typical issues. To this end, we go through the electoral manifestoes of the Navarrese political parties which managed to obtain parliamentary representation at the 2019 elections and review also how some electoral alliances were established. Although somehow tentatively, we conclude that it may be too soon to find any clear impact of Vox’s issues on the other parties’ manifestoes; yet, there is some evidence of a counter-discourse on immigration issues; whereas the strategic agreement to set the alliance Navarra Suma was more clearly oriented towards avoiding vote fragmentation and/or any reduction in the number of seats to be gained by the conservative, rightist forces which may eventually make government formation more difficult.
El éxito político de Vox en las elecciones generales al Congreso en abril y noviembre de 2019 vino precedido de su irrupción en el sistema político andaluz en diciembre de 2018. El buen resultado de este partido en los comicios al Parlamento de Andalucía propició un vuelco político sin precedentes: el PSOE fue desalojado de la Junta y en su lugar se instaló un gobierno de coalición entre el Partido Popular y Ciudadanos, con apoyo externo de Vox. El inédito acuerdo marcó el inicio de una nueva etapa en la política española en la que, por primera vez, se contemplaba la posibilidad de que la acción de un gobierno (en este caso autonómico) se viera influida o comprometida por un partido de derecha radical.
Pero, además, la aparición de Vox ha supuesto el fin de la “excepcionalidad” española en el panorama político europeo. Estudiado hasta hace poco como un extraño caso de fracaso de los partidos de extrema derecha/derecha radical (Alonso y Rovira Kaltwasser, 2014
En este trabajo
Precisamente en Navarra, aunque la desigualdad socioeconómica entre población autóctona y migrante es mayor que en otras comunidades, es superior el grado de integración en los aspectos relacionados con los derechos y la convivencia (Martínez de Lizarrondo et al., 2016)
¿Cómo podría el escenario político navarro verse afectado por el surgimiento de un partido de derecha radical? En este apartado revisamos algunas contribuciones académicas que han reflexionado sobre las consecuencias de la aparición de nuevos partidos de derecha radical en los sistemas políticos europeos. Procedemos después a señalar cuáles son algunos de los temas en los que podría producirse este impacto. Con ello estaremos en condiciones de proceder al análisis de nuestro caso de estudio, el de la Comunidad Foral de Navarra.
El impacto de la aparición de nuevos partidos en los sistemas de partidos, y en partidos individualmente considerados, puede medirse en función del grado de cumplimiento de sus objetivos, que pueden ser de distinto tipo: número de votos o escaños, temas/políticas o poder/gobierno, o “policy, office and votes” (Müller y Strøm, 1999)
Sin embargo, desde comienzos de siglo hemos asistido a la transformación de algunos partidos de derecha radical, hasta entonces de perfil claramente antisistema, en opciones partidistas “respetables” o incluso “coaligables”, que han pasado a sentarse en el gobierno de sus respectivos países, o ayudado a formarlo. La progresiva generalización de sus éxitos electorales ha hecho también que la literatura comparada haya pasado a analizar su influencia política, directa o indirecta (Schain, 2006
Ahora bien, también se está cuestionando de modo creciente el papel de la derecha radical en la adopción de políticas migratorias más restrictivas y en la politización del issue de la inmigración (Grande et al., 2018)
Debido a la importancia que los partidos de derecha
En el discurso de estas formaciones la inmigración aparece como un issue transversal, que afecta a diferentes políticas, como la educación, la seguridad o el bienestar. El retrato de la inmigración que hacen estos partidos es el de un fenómeno amenazante a nivel económico, cultural y de seguridad, situación de la que responsabilizan al establishment político, por su permisividad ante los flujos migratorios y su visión positiva del multiculturalismo.
En primer lugar, la inmigración es presentada como una amenaza para la economía y para el sistema de bienestar. Los inmigrantes son vistos como competidores ilegítimos de una serie de recursos escasos, como el empleo o los servicios públicos, y actúan como los chivos expiatorios de las frustraciones económicas de la población de acogida. Así lo recoge, por ejemplo, el partido Interés Flamenco en su programa electoral para las elecciones legislativas de 2019: “El gobierno gasta más dinero en solicitantes de asilo, que nunca han aportado un céntimo de euro a nuestro sistema de seguridad social, que en nuestras propias personas mayores, que han pagado contribuciones a nuestro sistema de seguridad social durante décadas” (VB, 2019: 59)
En segundo lugar, el inmigrante y, sobre todo, quien procede de países musulmanes, es considerado como una amenaza cultural, debido, fundamentalmente, a la gran diferencia en normas, valores y formas de vida y a la supuesta incompatibilidad entre las culturas. De ahí el rechazo de las políticas multiculturales, consideradas como “una receta para desnacionalizar la nación” (Pelinka, 2013: 8)
Por otra parte, el discurso antimusulmán no critica tanto las creencias como las prácticas religiosas, entre ellas, el uso del velo, símbolo de la opresión y la subordinación que padecen las mujeres y clara muestra de su incompatibilidad con los valores occidentales. Este aspecto contrasta con posiciones de género muy tradicionales, de forma que combinan −paradójicamente− una visión conservadora en esta materia con la defensa a ultranza de la igualdad, aspecto estratégicamente utilizado con el objetivo de justificar su retórica xenófoba.
El rechazo del islam va acompañado de una llamada al proteccionismo cultural y a una férrea defensa de la identidad nacional: la lengua, las tradiciones, las costumbres y los valores de los países de acogida, como la libertad de expresión, la igualdad de hombres y mujeres, el individualismo o la laicidad. Aquí juega un papel importante el cristianismo, entendido en un sentido meramente cultural, como algo que define la −presuntamente homogénea− cultura occidental.
En tercer lugar, la “securitización de la inmigración” (Huysmans, 2000)
En definitiva, la representación de la inmigración en el discurso de los partidos de la derecha radical obedece a los tres rasgos característicos de estas formaciones políticas (Mudde, 2007)
Apuntados así los temas de la derecha radical europea en materia de inmigración, vamos a analizar qué reflejo ha tenido en Navarra (si es que ha tenido alguno) la aparición de Vox.
Casi seis meses después de las elecciones andaluzas se celebraron las autonómicas al Parlamento de Navarra. A los comicios concurrieron varios partidos cuyos programas vamos a revisar para reflexionar sobre el posible “impacto” de Vox en algunas de sus propuestas. Lo haremos, tras presentar brevemente la posición de Vox, en base a una subdivisión temática que distingue entre diferentes bloques de contenidos dentro de la misma materia. En este sentido, nos alineamos con investigaciones recientes que están analizando con más detalle el impacto de la derecha radical en temas de inmigración, determinando que éste puede ser diferente si nos centramos en, justamente, políticas de inmigración o de integración (Lutz, 2019)
Analizar la posible influencia de la aparición de un nuevo partido en los programas de otros partidos políticos no es tarea fácil. Tampoco lo es hacerlo a través del rastreo de los programas electorales, cuyo estudio presenta algunas dificultades. A pesar de ello, la disciplina académica ha descansado con mucha frecuencia en su enorme potencial para explicar, sobre todo, cambios ideológicos o de posicionamiento en determinados temas por parte de las organizaciones partidistas (así como la atención prestada a nuevas cuestiones o el olvido de otras). En el caso que nos ocupa, debemos, en primer lugar, analizar la posición de Vox en relación con el issue de la inmigración, para después “rastrear” similitudes o diferencias en los partidos navarros.
El programa elaborado por Vox para las elecciones autonómicas está centrado, en gran medida, en la cuestión “nacional” y, paradójicamente, en el objetivo de “recuperar un modelo de Estado sin Autonomías” (Vox, 2019a: 3)
Existen múltiples propuestas para la categorización de las políticas migratorias (Scipioni y Urso, 2018)
En primer lugar, en cuanto a la visión sobre la inmigración y las políticas migratorias en general, Vox exige la recuperación de la soberanía −en este, como en otros temas− limitada por la integración en la Unión Europea. Por ello reclama la suspensión “del espacio Schengen hasta que exista la garantía europea de que no (...) lo aprovechen las mafias de la inmigración ilegal para introducir personas” (Vox, 2019b: 8)
La propuesta del endurecimiento de las políticas de acceso al territorio es habitual en los partidos de la derecha radical. En este ámbito, Vox propone, para aumentar el control fronterizo, “impulsar en Bruselas un nuevo tratado europeo, en la línea que defienden los países del grupo de Visegrado en cuanto a fronteras, soberanía nacional” (Vox, 2019b: 23)
En este mismo campo, el partido de Abascal declara su intención de “acabar con el efecto llamada” (Vox, 2019b: 5)
Además, y recurriendo a ese “populismo punitivo” al que antes nos hemos referido, Vox exige el endurecimiento de las medidas contra la criminalidad organizada −“revisión de los tipos penales (y endurecimiento de sus penas) para combatir a las mafias de la inmigración ilegal, así como para quienes colaboren con ellas” (Vox, 2019b: 5)
Por lo que respecta a la integración social, Vox suscribe el discurso de la preferencia nacional típico de estas formaciones, por ejemplo, en el acceso al mercado laboral −“apoyo a los trabajadores españoles mediante la reducción de un 10% de las cotizaciones de la empresa, para nuevos contratos indefinidos para trabajadores de nacionalidad española en situación de desempleo” (Vox, 2019b: 12)
En relación con los aspectos culturales de la integración, sus propuestas se centran en dos temas: los lugares de culto y la enseñanza del islam. La primera cuestión es abordada desde la perspectiva del terrorismo y la radicalización −se pide un control sobre las mezquitas y su financiación−. En cuanto a la enseñanza religiosa, Vox propone la “exclusión de la enseñanza del islam en la escuela pública” (Vox, 2019b: 7
En cuanto a las políticas de ciudadanía, encontramos en el programa de Vox propuestas claramente restrictivas, como el endurecimiento de los requisitos para la obtención de la nacionalidad: “elevar la exigencia en nivel de idioma, tributación e integración para la adquisición de la nacionalidad” (Vox, 2019b: 6)
Finalmente, con respecto a la cooperación, Vox plantea “ayudar a los países en desarrollo, víctimas también de las mafias de tráfico de personas, que debilitan sus naciones extrayendo sus recursos humanos y económicos para ofrecerlos luego como esclavos en Europa” (Vox, 2019b: 6)
En definitiva, el partido de Abascal mantiene una postura dura contra la inmigración, específicamente hacia la inmigración musulmana, que se traduce en su defensa de un estricto control de las fronteras y de la legalidad de la entrada en el país, la limitación del acceso a bienes y servicios y la protección de la propia cultura frente a amenazas foráneas. Sus posiciones no difieren, por tanto, de las mantenidas por otros partidos de derecha radical, tal y como hemos expuesto más arriba.
Como hemos señalado anteriormente, nuestro estudio se centra en las elecciones autonómicas navarras por ser este el nivel de la competición en el que primero se produjo el despegue electoral de la derecha radical en España y por la ausencia de politización del tema de la inmigración en esta comunidad autónoma. Tras las elecciones andaluzas de 2018 y las generales de abril de 2019, las forales en Navarra representaban una excelente ocasión para comprobar la solidez de la trayectoria ascendente de Vox en un territorio caracterizado por su conservadurismo, pero con un sistema de partidos polarizado.
Ciertamente, en los programas de los partidos para estas elecciones forales cabría esperar un mayor número de referencias a las políticas de integración sociocultural y de ayuda al desarrollo que a las políticas de acceso al territorio o de ciudadanía, por ser estas últimas competencias del gobierno central. Sin embargo, no pretendemos aquí analizar en su totalidad las posiciones de los partidos en el ámbito de la inmigración ni “medir” exhaustivamente el posible impacto en los programas, sino explorar tentativamente la influencia/reflejo que haya podido tener la aparición de una nueva fuerza política en los partidos navarros mainstream.
Dos son los principios que orientan de manera transversal las políticas de integración propuestas por el PSN-PSOE: la igualdad de derechos y el reconocimiento y valoración positiva de la diversidad (PSN-PSOE, 2019: 84)
Por lo que respecta a la identidad, y en consonancia con el modelo multicultural, señala que “la cohesión y la convivencia entre las distintas identidades y sensibilidades que conviven en Navarra es uno de nuestros objetivos clave” (PSN-PSOE, 2019: 10)
Finalmente, la cooperación al desarrollo constituye, en su opinión, uno de los pilares de las políticas migratorias. Por eso plantea promover acuerdos con países de origen que permitan analizar las oportunidades existentes en España, para apoyar una movilidad segura y ordenada o impulsar desde el Gobierno de Navarra “la firma de programas de cooperación al desarrollo con los países de origen de las migraciones” (PSN-PSOE, 2019: 209)
Esta es la formación que de manera más rotunda vincula “Migración/riqueza cultural” (IE(n), 2019: 54)
Su compromiso con la igualdad en los derechos se despliega en una batería de propuestas concretas frente a la “política austericida” y los recortes sociales con la “excusa” de la crisis. En primer lugar, mantener “la garantía del derecho efectivo a la atención sanitaria universal desde el primer día a todas las personas residentes en Navarra (con o sin papeles)” (I-E(n), 2019: 27)
En repetidas ocasiones alude a la necesidad de integrar los dos niveles de diferencia identitaria, rotundamente rechazados por Vox: la realidad plural de España −también la de Navarra− y la de “las nuevas identidades culturales” (I-E(n), 2019: 6)
La aspiración a la igualdad de derechos en el plano cultural se plasma también en propuestas en el ámbito religioso: anular los acuerdos con el Vaticano, suprimir la financiación de las confesiones religiosas, sacar la religión confesional del sistema educativo o modificar el calendario escolar. “El Estado debe ser laico, no sólo en el sentido tradicional de ser neutro ante las diversas creencias religiosas, sino también en el sentido de respetar las diversas opciones políticas e ideológicas en lo nacional e identitario, respetuoso con el pluralismo de identidades” (I-E(n), 2019: 6)
Por lo que se refiere a las políticas de acceso, critica las injerencias de la UE en la soberanía del estado y, de manera especial, “la vergonzosa política de fronteras cerradas” (I-E(n), 2019: 14)
Respecto a la nacionalidad, propone eliminar los exámenes de ciudadanía, para favorecer el acceso al reconocimiento de la plenitud de derechos. Y, finalmente, “la firma de programas de cooperación al desarrollo con los países de origen de las migraciones” (I-E(n), 2019: 209)
Las referencias a la inmigración aparecen diseminadas en los distintos campos de actuación recogidos en el programa de este partido (empleo, justicia social, igualdad…), en las que habitualmente se incluye una alusión general a las personas en situación de vulnerabilidad. Todas ellas están orientadas por la garantía de los derechos humanos y por la voluntad de implementar medidas sociales para contrarrestar las políticas de los gobiernos anteriores. De manera semejante al resto de los partidos de la izquierda, plantea garantizar la universalidad de la atención sanitaria, así como intervenir en los ámbitos laboral y educativo para asegurar “la igualdad de oportunidades para todo el alumnado, independiente de su lugar de procedencia” (POD, 2019: 55)
Es significativo el título del amplio apartado del programa autonómico (5 páginas de 136) dedicado a nuestro tema: “Diversidad cultural y migraciones”. Esta formación aborda el fenómeno migratorio desde “la particularidad identitaria y cultural de Nafarroa” (EH, 2019: 23)
Dos son las líneas de acción para lograr la integración desde esta perspectiva: “reconocimiento de todos los derechos en igualdad de oportunidades y políticas para articular la convivencia y la acomodación cultural” (EH, 2019: 22)
Por lo que respecta a la diversidad religiosa, se desarrollarán “medidas legales y administrativas, partiendo de la laicidad de la administración, destinadas a salvaguardar la igualdad de oportunidades de las diferentes expresiones religiosas de la ciudadanía navarra” (EH, 2019: 26)
En relación con las políticas de ayuda al desarrollo, plantea “priorizar la colaboración con los pueblos y países de las personas residentes en Nafarroa con otros orígenes”, teniendo en cuenta, “tanto la presencia cuantitativa de determinados orígenes, como el carácter que algunos puedan tener como pueblos minorizados o naciones sin estado” (EH, 2019: 23)
En el caso de Geroa Bai, ya desde las primeras líneas nos encontramos con una concepción del fenómeno migratorio que parte de una comprensión de la sociedad navarra como eminentemente plural y “respetuosa con el diferente” (GBAI, 2019: 4)
En cuanto a la cooperación al desarrollo, Geroa Bai plantea varias iniciativas alineadas con los ODS e inspiradas en el principio de solidaridad, como la abolición de la deuda externa y la subida hasta el 0,57% del PIB del presupuesto destinado a estas políticas. Más concretamente, se aboga por la puesta en marcha del III Plan Director de la Cooperación Navarra, lo que responde al “convencimiento de que la Cooperación al Desarrollo tiene tanto valor como el resto de las actuaciones y de medidas que se llevan a cabo en los diversos ámbitos” (GBAI, 2019: 17)
De entre todas las formaciones que hemos seleccionado para nuestro análisis, aquella cuyo discurso podría estar más cercano al de Vox en materia migratoria es la coalición electoral Navarra Suma (NA+), constituida por el Partido Popular de Navarra, Unión del Pueblo Navarro y Ciudadanos para concurrir a las elecciones de 2019 (véase más abajo). Sin embargo, el documento “Un programa para gobernar Navarra”, elaborado por la coalición para las elecciones forales, dedica muy poco espacio al tema de la inmigración. Como prueba, la palabra “inmigrante(s)” se recoge tan sólo en 4 ocasiones en todo el programa (frente a, por ejemplo, “policía”, que aparece 38 veces); y no se le reserva un apartado específico, sino que se incluye bajo la cuestión de “las minorías”, a su vez, dentro de la de Servicios Sociales e Inclusión Social. Esto ya implica una concepción peculiar de la inmigración, que no es reconocida como algo positivo ni eminentemente enriquecedor, como sí hacen otros partidos que la vinculan a ciertos derechos. Si bien se declara expresamente que se mejorarán los “mecanismos de acogida y de inclusión social y cultural de las personas refugiadas y asiladas” (NA+, 2019: 115)
Por tanto, aunque no hay un abordaje directo del fenómeno migratorio, ni se mencionan las políticas de acceso al territorio o las de ciudadanía (lo que puede deberse al hecho de que ninguna de las dos materias es de competencia autonómica), el modelo de gestión de la inmigración planteado por la coalición es claramente asistencial. Así mismo, se recogen medidas que enfatizan la necesidad de que las minorías incorporen elementos de la cultura de acogida, obviando la posibilidad de mantener la suya propia. Así, se esbozan políticas para defender la “riqueza cultural” y la protección del patrimonio “autóctono”: “impulsaremos el conocimiento de la cultura tradicional y el patrimonio cultural inmaterial de nuestra Comunidad. Facilitaremos la creación de talleres que permitan al público profundizar en nuestros ricos folclore y tradición” (NA+, 2019: 146)
Más aún, en el apartado dedicado a los temas de seguridad, libertad y justicia, y en el epígrafe dedicado al fortalecimiento de la coordinación policial, se menciona brevemente la conveniencia de aprobar “un Plan contra el radicalismo islámico en coordinación con la Guardia Civil y Policía Nacional” (NA+, 2019: 170)
Por último, en relación con el tema de la ayuda al desarrollo y a la cooperación, de nuevo se le dedica un brevísimo espacio: media hoja en un programa de 175 páginas, en la que se plantea un aumento del presupuesto en cooperación hasta el 0,7% del PIB para el término de la legislatura.
Resulta difícil, con la evidencia de la que disponemos, concluir sobre el significado del escaso tratamiento de la inmigración en este documento editado por la coalición, más aún cuando los programas u otros documentos de los tres partidos que la componen, por separado, sí dedican amplio espacio a tratar la cuestión. Las razones pueden tener que ver con la percepción de que éste es un tema de escaso interés para la población, o poco politizado aún; con la existencia de discrepancias internas entre los tres miembros de la coalición, que hayan dificultado la adopción de un mensaje unívoco; con el deseo de no enfatizar aspectos programáticos que pudieran, justamente, facilitar la acusación de apropiación de los temas clásicos de la derecha radical; o, incluso, con el planteamiento estratégico de minimizar deliberadamente la importancia de un asunto que se puede llegar a ver como “de Vox”, y, por tanto, favorecedor de su nuevo competidor. Es necesario, para confirmar cualquiera de estas hipótesis, realizar una investigación más específica y centrada en esta cuestión. Lo que sí resulta claro es que el posicionamiento en materia migratoria de NA+ es muy diferente del del resto de partidos revisados y más similar al de Vox que el de cualquiera de ellos. Pero, de nuevo, saber si esto es así porque éstas son las posiciones “originales” de estas formaciones, o porque la novedosa presencia de Vox las ha alterado, requiere un análisis más detallado que excede los límites de este artículo.
Como resultado de este breve repaso a los programas electorales de los partidos navarros no podemos concluir que la aparición de Vox haya tenido un impacto rotundo o directo en sus posiciones en materia de migración. Cabría que así haya sido en el caso de su competidor más cercano, NA+; y, desde luego, parece existir un claro contradiscurso entre los otros partidos del arco parlamentario, pero tampoco podemos relacionarlo causalmente con la aparición de Vox. Volveremos ahora brevemente la mirada al escenario donde −alternativa o complementariamente− puede haberse dado esta afectación: el de la competición interpartidista.
El 11 de marzo de 2019 el Consejo Político de Unión del Pueblo Navarro (UPN) aprueba presentarse a las elecciones generales, autonómicas y municipales en coalición con Ciudadanos, incluyendo en sus listas candidaturas del PP, bajo la marca Navarra Suma (NA+). Es esta una alianza que persigue unir el voto de la derecha constitucionalista, ante la fragmentación de su oferta electoral tras la aparición de Ciudadanos y Vox. Se trataba de reeditar el pacto entre UPN y PP
La razón fundamental del rechazo al partido de Abascal se encuentra ya al inicio de su programa electoral para las elecciones autonómicas, en el que, en las (dos de diez) páginas dedicadas a la temática de las “entidades regionales inventadas en 1978” (Vox, 2019a: 2)
Más allá de la exclusión de Vox, aquí apuntamos varias razones que pueden explicar la oportunidad del momento para reeditar el pacto conservador. En primer lugar, porque, aunque Vox no anuncia su intención de presentarse en la Comunidad Foral hasta pocos días después de la firma del acuerdo, es indudable que su irrupción en el Parlamento andaluz unos meses antes y los pronósticos
Esa “Navarra que queremos” constituye el núcleo de la alianza, tal y como se desprende de los tres puntos −respetar el Convenio, negociarlo de forma transparente y solidaria y eliminar la Disposición Transitoria 4ª− del acuerdo. Así, frente a los reiterados intentos de Vox de hacerse con ciertos temas que siempre ha asumido el partido regionalista, como la defensa de Navarra frente al nacionalismo vasco, la coalición se presenta a sí misma como la única fuerza que representa los verdaderos intereses de la Comunidad Foral, tanto en términos identitarios, como en lo que respecta a su estatus político. “Navarra Suma es una manera de que no se pierda ningún voto y que seamos capaces de plantar cara al nacionalismo” (Sayas, 2019a)
En conclusión, el nacimiento de la coalición, que presenta un trasfondo más estratégico-electoral que programático-político, puede ser visto también como una posible reacción de parte de las fuerzas políticas navarras de derechas ante la aparición de Vox y, por lo tanto, como un posible "impacto" de su aparición, en este caso, en las dinámicas de la competición interpartidista.
El domingo 26 de mayo de 2019 las elecciones autonómicas navarras arrojaron un resultado muy distinto al que Vox había previsto: con tan sólo un 1,31% del respaldo del electorado navarro, la formación radical vio truncadas sus expectativas de obtener representación en el Parlamento Foral; más aún, el fracaso rompió con la tendencia alcista de su trayectoria, iniciada en otras elecciones autonómicas, las andaluzas, menos de medio año antes.
Si bien estos resultados podrían a partir de ahora condicionar la manera en que el resto de los partidos se comporten con respecto a Vox y sus temas, no influyen en nuestro objeto de estudio, que aquí se ha limitado a reflexionar sobre si hubo algún impacto por la presencia del nuevo competidor antes de la celebración de las elecciones navarras. En este sentido, nuestro análisis de los dos escenarios en los que podríamos haber encontrado algún indicador de este impacto ha arrojado resultados poco concluyentes.
Por una parte, y en lo que se refiere al impacto/reflejo de los temas característicos de la derecha radical, en los programas presentados en las elecciones al Parlamento Foral, cabe destacar, en primer lugar, el enfoque compartido por todos los partidos de la izquierda en torno a dos principios. El primero de ellos es la igualdad de derechos, que pretende superar un abordaje asistencial de este fenómeno que, de alguna manera, podría alentar la percepción de las personas migrantes como objeto de las prestaciones sociales y no tanto como sujeto de derechos. Todas ellas inciden, además, en la asistencia sanitaria universal y el voto, dos derechos que tienen un fuerte componente simbólico: el primero de ellos, porque, además de constituir uno de los pilares del estado de bienestar, ha sido un caballo de batalla en el debate sobre la legitimidad de las prestaciones recibidas por las personas inmigrantes desde que en el año 2012 el gobierno del Partido Popular retirara la asistencia sanitaria gratuita a quienes se encontraban en una situación irregular. Y el derecho al voto encierra también una gran carga significativa en este sentido, como “núcleo” de los derechos de ciudadanía y de la plena pertenencia a un estado.
El segundo principio compartido por estas formaciones es la consideración de la diversidad cultural como un valor a conservar, que exige la igualdad en el reconocimiento de derechos, también en este ámbito, apostando, así, por un modelo multicultural de integración. Resulta difícil probar que este enfoque sea una respuesta directa a los discursos de la derecha radical, pero, desde luego, sí que crean marcos muy diferentes desde los que mirar los procesos migratorios. Y, en todo caso, son muestra de la nula influencia que el posicionamiento de Vox en materia migratoria ha tenido en este grupo de partidos.
Por lo que respecta a los partidos de derechas, aglutinados en esta ocasión en la alianza NA+, el efecto parece ser también dudoso, habida cuenta del magro tratamiento del tema migratorio por parte de esta formación. En línea con lo que defienden algunas contribuciones, la derecha conservadora navarra podría haber evitado deliberadamente “cargar las tintas” en esta cuestión, a sabiendas de que hacerlo podría dar alas a Vox. Por otra parte, el programa evidenciaría cierta cercanía hacia las posturas de Vox. Sin embargo, sería necesario indagar en la evolución de la posición original de estos partidos en torno al tema para aportar evidencia sobre si se ha producido un acercamiento programático al nuevo partido, o si estas posiciones son, en realidad, las propias de estos partidos.
En cuanto a la competición partidista, cabe afirmar la oportunidad de la coalición NA+, ideada para aglutinar la oferta partidista conservadora ante el riesgo de la fragmentación del voto al surgir un nuevo competidor que ya había mostrado sus posibilidades de éxito, tanto en las elecciones andaluzas como en las generales. Ya hemos señalado las razones que hacen pensar que se trata de una estrategia electoral y no tanto de tipo programático (ausencia de programa, integración de cada representante en su propio grupo desde el que defiende las propuestas de su partido). Y, ciertamente, la coalición logró evitar la fragmentación en este espacio, obteniendo el 36,57% de los votos, frente al 34,33% logrado por las tres formaciones por separado en la convocatoria de 2015. Vox alcanzó únicamente un 1,31%, por lo que, ya desde el inicio, quedó fuera del reparto de escaños al no superar el umbral electoral (3%).
En cualquier caso, para confirmar nuestros hallazgos (en un sentido u otro) deberíamos, en el futuro, buscar evidencia empírica del impacto en, por ejemplo, otro tipo de documentos (ponencias, documentos de trabajo internos, declaraciones institucionales, manifestaciones en prensa, …) o actuaciones en las que los partidos expresan sus posicionamientos ideológico-programáticos, quizá no sólo en período de campaña electoral; y, probablemente, dejar pasar algo de tiempo para que los partidos adapten (si ello acaba sucediendo) modificaciones en este sentido. Así mismo, podríamos enriquecer el análisis introduciendo en él otro tipo de convocatorias electorales: es previsible que, en otros escenarios competitivos, la amenaza percibida por los partidos establecidos ante la presencia de Vox sea diferente y, en consecuencia, también varíe su respuesta a la misma.
En resumen, en la medida en que Vox continúe su escalada y consolide su presencia en la política española o autonómica, seguirá resultando pertinente y necesario analizar si su presencia condiciona, afecta o tiene alguna consecuencia en cualquiera de los posibles escenarios competitivos o en alguno o todos los temas de su interés, y del de otras formaciones políticas. Hacerlo así nos ofrecerá valiosa información sobre su impacto real en la política y en las políticas y nos permitirá adoptar estrategias de respuesta acordes a esta situación.